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Usos del agua

El agua es un elemento fundamental en la Tierra, no se concibe la vida sin ella. De su existencia y calidad depende en gran medida nuestra salud y bienestar. Es también fundamental en la industria y en la agricultura. Para ser utilizada en la industria y en la agricultura o destinada al uso urbano y doméstico, debe ser extraída de un manantial superficial o de un nivel freático o acuífero subterráneo y transportada a su lugar de utilización.La demanda es la cantidad de agua que se necesita para un uso determinado. El consumo es la cantidad de agua que se pierde en esa utilización; es decir, aquella que no regresa a su lugar de origen, o cuya calidad resulta reducida por el uso, lo que dificulta su reutilización.En muchas zonas del planeta el agua es un bien muy escaso. Se extrae mediante pozos y se consume sin apenas una mínima infraestructura de transporte. En los países más desarrollados se dispone de una amplia red de captación, almacenaje, tratamiento y distribución que se regula en función de la demanda de agua que tiene cada actividad.Los usos del agua se dividen en usos consuntivos (consumen el agua) y usos no consuntivos (el agua puede volver a usarse varias veces).

Usos consuntivos del agua

Son los que consumen agua, o la alteran de modo que no se puede volver a usar con el mismo fin. Algunas actividades que implican este tipo de utilización son los servicios urbanos, el consumo doméstico, la industria y el sector agropecuario.
  • Usos urbanos y domésticos. El agua resulta imprescindible para satisfacer necesidades domésticas, como la higiene personal, la preparación de alimentos, el lavado de la vajilla y la ropa, el uso del inodoro, etc. Además, se emplea para el riego de los jardines, la limpieza de los hospitales, locales comerciales, etc. El consumo de agua para estas actividades varía mucho de unos países a otros.
  • Usos industriales. El agua que se destina a la industria puede utilizarse de dos maneras:
    • Uso directo. Es el agua que se emplea en los procesos de fabricación. Por ejemplo, como disolvente en la producción de sustancias químicas, para fabricar papel, como agente humidificante en el tratamiento y teñido de tejidos, etc.
    • Uso indirecto. Es el agua que se utiliza en los procesos de refrigeración, en el lavado de materiales y en la limpieza de las instalaciones. El agua de refrigeración suele verterse caliente a los ríos una vez usada. Esto reduce la cantidad de oxígeno que el río lleva disuelto, y afecta al desarrollo de la fauna fluvial. Por eso, aunque en la refrigeración el agua no se consume, se considera un uso consuntivo, puesto que el recurso pierde su utilidad.
  • Usos agropecuarios. Las explotaciones agrícolas son las que tienen una mayor demanda de agua. Esta demanda varía de unas zonas a otras, dependiendo de factores como el clima, el grado de desarrollo tecnológico y económico de los países, o el empleo racional del agua en los cultivos. En las explotaciones ganaderas, el agua se emplea para la bebida del ganado y para la limpieza de las naves donde se crían los animales.

Usos no consuntivos del agua

Son aquellos que la emplean sin consumirla; es decir, sin que se produzcan pérdidas derivadas de su uso. Pueden ser:
  • La utilización del agua como medio de transporte (navegación fluvial).
  • La utilización del agua para la obtención de energía eléctrica.
  • Los usos recreativos del agua (como la pesca deportiva, el piragüismo, etc.).
  • La utilización del agua como recurso ecológico y paisajístico al ser el hábitat de muchas especies animales y vegetales y una fuente de valores.

Consumo del agua

El agua dulce, que es la única fracción acuosa con utilidad práctica para los seres vivos, representa escasamente el 2,5-2,7 % del total del agua del planeta. Por tanto, puede decirse que se trata de un recurso escaso, poco abundante, e irregularmente repartido, y, además, muy sensible a la actuación irracional de la humanidad que lo contamina gravemente inutilizándolo para sus funciones. Es evidente que es escaso porque existen amplias regiones del planeta donde, por cuestiones de distinta índole, en general climáticas, las precipitaciones son reducidas, su disponibilidad también es mínima y los habitantes de estas áreas padecen tal escasez que en muchos casos sobreviven con una cantidad ínfima de agua, en ocasiones de un litro al día, por eso no es extraño que las enfermedades ocasionadas por la falta de agua en esas regiones sean endémicas.A veces, la falta de agua está ocasionada por la fuerte demanda asociada al crecimiento demográfico, a su uso en agricultura y en ganadería, o a la actividad industrial, entre otras; y por último, por los graves problemas de contaminación que sufre el agua y que la hacen inservible para su uso en las actividades humanas y del resto de los seres vivos.